martes, 10 de noviembre de 2009

El alma anda y el cuerpo la sigue sin poner reparos

Elena se resiste a que le nieguen caminos y posibilidades
…. Cuando el alma empuja el cuerpo y lo levanta, andar no es problema ¡Basta querer, y creer!
Ni la silla de ruedas o las muletas, son los verdaderos sop
ortes… es la música, el teatro, o la investigación…a Elena Obregón cualquier recurso la satisface para sentirse viva. ¡Su paraplejia se va al diablo!, ¡Vale solo la voluntad!

Anda La Obregón por eventos comunitarios, festivales, forum… haciendo promoción cultural; promoviendo con el ejemplo: la Elena canta, recita o encarna un personaje: ora es la Babilonia que se desplaza detrás de Timoteo escuchando atentamente todo lo que habla ese guajiro bruto de “El paraíso recobrao”, la obra del cubano Alivio Paz; ora es la anciana del consejo en “Ollantay”, la leyenda anónima que Herminio Almendro recogió en sus “Oros viejos”; donde la devenida actriz cuenta la historia ,desde su silla de ruedas, apoyándose, sobre todo, en una adecuada proyección de la voz.
El mérito está más allá del currículo, que con diplomas y premios avalan los desandares de Elena por los artes y la cultura; lo que brilla y vale en esta historia es la manera que la actriz arranca aplausos y catarsis sin que medie la compasión o el asombro. Cuando Elena actúa, o canta, o cuando expone algunas de sus ponencias, convence; trasciende por la calidad y el empeño; no se permite medios efectos, los resultados son siempre de lauros.

Las calles de Florida, en la provincia cubana de Camagüey, conoce el paso de esta mujer, cuya discapacidad parece solo un capricho del idioma, una simple definición de quienes se sienten más aptos porque no llevan a cuesta las ruedas de una silla o los palos de unas muletas. En este territorio existen 449 limitados físicos motores afiliados a una asociación denominada con las siglas ACLIFIM, en su mayoría vinculados a diferentes especialidades artísticas; y es como si de momento estos hombres y mujeres perdieran la noción de lo que les resulta difícil hacer con el cuerpo… en definitiva el alma como a Elena Obregón, los tiene en pleno bregar por insospechados caminos… no hay dudas: cuando el alma anda el cuerpo la sigue sin poner reparos.




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