sábado, 3 de julio de 2010

Sobre la verdad, la tristeza y las razones para una Huelga de Hambre

Aprecio a mi colega en el oficio y el ejercicio del criterio, Reynier Barrios; periodista joven y talentoso que, sin insinuar que siguiera mis pasos, estudió en mis mismas escuelas. A él le parece triste el caso de Guillermo Fariñas Hernández, según escribió en facebook. A los dos, a Reinier y a mi, nos enseñaron en las aulas del periodismo cubano y revolucionario a pensar y opinar por sí mismo, por eso le respeto su adjetivo, mas desde mi blog le digo que no lo comparto.

Nuevamente el recurso de la Huelga de Hambre  no me parece triste, no hay que lastimarse por alguien que decida  convertir a la medicina cubana  en responsable de su muerte. Por ahí lo veo venir, como dicen los experimentados.

Si de verdad  Fariñas pretendía "inmolarse" no debió aceptar nunca que lo alimentaran, como lo hizo conscientemente, por vía parenteral. Al fin y al cabo su organismo está recibiendo y "aprovechando" los nutrientes  que le proporciona la Revolución Cubana, les están corriendo por las venas.

En cambio si la muerte se produce por alguna complicación dentro del hospital, a pesar de las declaraciones y aclaraciones que al respecto hiciera en "Granma" el doctor Armando Caballero, habría que ver cuales serían las versiones de esa opinión pública,  la misma a la que pretende llamarle la atención y convencerla de una causa que no refrenda legitimidad popular y que para que sea verdadera ha de tener más intereses generales que privados. A mi juicio,claro está.

Y no es que no admita  la decisión de cada cual de luchar a su forma; conozco y respeto en la Historia de Cuba y del mundo a muchos que agotando vías de lucha pacífica han optado en última instancia por la Huelga de Hambre, quienes al perseguir objetivos de mayoría han concluido haciendo de su causa un efecto de bien colectivo.

No voy por tanto, a ponerle adjetivo ninguno a este nuevo hecho mediático... prefiero seguir el curso de su tratamiento. Y a propósito me parecen  muy interesantes las diez preguntas que se hace otro de mis colegas, Rafael Cruz, en su Turquinauta, que aunque no fue a mis colegios, le respeto  el peso de su pluma.



1 comentarios:

Anónimo dijo...

Julio 9, 2010
“El que por su ideales muere, la muerte le sabe a gloria”

Lo unico que aun no comprendo es porque hay que acusar a
un compatriota de mercenario. Los mercenarios tienen muy
buena paga y que sepamos este hombre no cobra por defender
su punto de vista.

Creo que tanto cubanos exiliados como cubanos en la isla
deben de tomar clases de tolerancia, civica, y democracia

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