martes, 25 de enero de 2011

Un sospechoso pacto con la muerte....

Esta es la historia de un hombre que coloca a su lado a la muerte, la pasea por las calles de Florida y termina devolviéndola cada vez a su sepulcro.
Cincuenta años de vida los ha dedicado Norberto Cruz Hernández a compartir con la muerte, y no es que la trate de igual o le minimice el respeto, es que este hombre sabe como nadie del dolor y del sufrimiento ajeno…
"Yo a esas personas las trato lo mejor que pueda, porque imaginese, el que pierde un ser querido está pasando el peor momento de su vida"
"Yo al principio le tenía un poco de respeto a los fallecidos, y el dueño de la funeraria me decía, tu verás que eso se te quita, yo lo respetaba mucho, y el me repetía siempre: tu verás que te acostumbras a andar con los muertos... !Verdad que uno se adapta a todo!..."La gente dice al ver pasar el carro !Sola vaya!Muchos tienen su tradición y sus creencias, dicen que los muertos salen, y yo les digo: si los muertos salieran ya a mi me habría salido alguno...porque cuantas veces he estado yo con el carro roto por la noche en la carretera, durmiendo a una cuarta del muerto y no me ha pasado nada."
"A mi el primer fallecido que me impresionó fue una mujer que la mató un tren ,que le cortó la cabeza, y ese día le tocó a otro recoger el cadáver, cuando llegó con la muerta yo fue a mirar para ver si la reconocía  y mi amigo le había colocado la cabeza para los pies y eso me impresionó muchísimo, después de eso lo que más trabajo me ha costado es llevar a un niño muerto, eso sí nunca lo he podido superar"...
"Yo tengo la salud de un roble...hay algunos de mis compañeros que no le gusta decir que trabajan en la funeraria !Yo sí! Y el día que no voy a la funeraria a mi me falta algo... fijase que yo estuve tres meses en los Estados Unidos y el primer lugar que visité fue una funeraria, porque yo la extraño, y le tengo un cariño igual que si fuera mi casa. A mi me ha ido bien, yo nunca he tenido problemas, nunca he discutido con ninguna de las personas que trabajan conmigo, nunca he tenido contrariedades ni nada..."
Por grifo lo conocen la mayoría de las personas, y más de una, al ver la elegancia con que lleva sus más de 70 años cree en verdad que Norberto se ha echado en un bolsillo a la muerte y hasta que le ha entregado el secreto de no envejecer…
"Yo nunca he fumado, ni he tomado ron, ni peleo por nada, yo voy a los médicos y me dicen: "Grifo usted no se habrá equivocado en la edad: y yo le contesto !Ay médico ojalá me la estuviera equivocando!...Y los dentistas se asombran de la dentadura que aún conservo, y por la vista todavía si voy a cien quilómetros en el cruce de carro no le tengo que quitar el pie porque veo perfectamente bien..."
Grifo ostenta dos medallas Enrique Hart, del Sindicato Nacional de la Administración Pública; reconocimientos y diplomas le testifican una hoja limpia en accidentes y prestigio entre su colectivo.
"Yo cuido mucho mi carro yo nunca he chocado, y he caminado la Isla de Cuba: la Habana, Pinar del Río, Santiago... para todos lados he ido y nunca he tenido problemas...
Todo el tiempo habla este hombre del trabajo y de su entrega. No hubo manera de que  confesara un sospechoso pacto con la muerte. Mas La Parca,que rondaba por el ambiente de esta entrevista, guiñó un ojo y apartó su guadaña convencida de que  Norberto se despedirá de su rutinario paseo cuando sólo él lo decida.
"Vamos a ver... yo me siento bien, tal vez cuando esté más agotado, pero yo le digo a mis compañeros: yo descanso dos días y me parece mucho, ya yo estoy adaptado a esa vida ¿Qué voy hacer?....



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