sábado, 17 de marzo de 2012

Cuestiones de fe…


Estaba embarazada. El vientre  anunciaba  movimiento y el cuerpo le traía señales de una nueva vida. Nadie podía asegurarle lo que presentía pero los indicios que brotaban de sus senos le confirmaban otra maternidad.
No había dudas, llevaba dentro un hijo del único hombre conque hacía el amor. Pocos sabían de esa relación pero nadie se creería el cuento del espíritu santo, sobre todo porque ella ni siquiera era virgen como la madre María.
Y si no fuera que vio la diminuta masa sangrienta del aborto hoy creería en el milagro… pues el hombre que debió embarazarla le confesó su irremediable infertilidad.


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