viernes, 27 de septiembre de 2013

Un cuento que no puede seguir siendo el de la buena pipa...

Durante el último lustro las unidades productoras de caña perteneciente al central Ignacio Agramonte del municipio de florida han ido aumentando los niveles de pérdidas y la despoblación cañera. Problemática que pone en riesgo la reincorporación de esta industria a la producción de azúcar cruda.
Moler en el Ignacio Agramonte es un asunto de vitalidad económica, razonamiento que no ha prendido con la debida responsabilidad en administrativos y obreros de las unidades productoras de caña en esta agrupación.
El abastecimiento de recursos para el cultivo de la gramínea durante el año en curso no ha tenido dificultades, más  el  uso de fertilizantes, combustible, maquinaria, hombres y financiamientos se ha perdido por el camino de la ineficiencia, el desaprovechamiento de la jornada laboral, la falta de exigencia y la desvergüenzas de muchos que no han sentido como suyo los costos y las inversiones.
La relación salario- resultados productivos cañeros es una ecuación que no es asimilada debidamente por los obreros agrícolas del Ignacio Agramonte, al parecer dicho conocimiento tampoco ha cuajado en la conciencia de jefes a todos los niveles. El presupuesto parece ser para estas formas productivas solo una relatoría de cifras que pertenecen a un estado abstracto sin sentir la responsabilidad de poseerlo como suyo y administrarlo bien.
Dichos elementos fueron puesto en evidencias en una análisis de la dirección provincial del partido  con todos los trabajadores del azúcar en el Agramonte con la presencia además de buena parte del pueblo que alcanzó conocer detalles e interioridades de cómo se dilapida la economía en este sector. El debate e intercambio fraguará solo cuando  los resultados de siembra, rendimientos, y población cañera permita arrancar nuevamente la maquinaria del central o de lo contrario cuando cada hombre de estos responsada con su puesto. 



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