lunes, 24 de febrero de 2014

Víctima del tiempo y esclava de la hora exacta.

Un día como hoy, recuerdo, mi mamá  compró  mi primer reloj de pulseras;  por supuesto, made in rusia, que era el origen de los productos del mercado por aquellos lejanos años  de 1975; y por supuesto también, todavía la rusa maquinaria… durísima como eran todas, trabaja con exactitud,  como si el tiempo irónicamente no pasara por él. Ahí está el dorado reloj en casa de mi madre precisándole la hora de digerir sus medicamerntos.
Un día como hoy, me habitué a llegar en hora en cada lugar… ¡Lástima, que mi primer reloj no tuvo el poder de concederme la virtud de llegar a tiempo en cada  momento! Quiero decir que tengo la sensación de llegar a destiempo con personas y sueños.

1 comentarios:

José Gilberto Valdés Aguilar dijo...

Mi primer reloj tambien fue Made in CCCP que por cierto me regaló Elio Véliz. Conocí muy de cerca la puntualidad de los militares rusos cuando cincidimos en Etipia, aunque nosotros nos ensillaban una hora antes, como el caballo del general

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