viernes, 18 de abril de 2014

Su muerte no es real... solo un recurso mágico para ser eterno

Nunca más mi vida fue igual desde que leí CIEN AÑOS DE SOLEDAD, una lectura que disfrute desde la primera hasta la última de sus palabras. Recuerdo que en el aula el profesor Osmar nos había explicado la teoría del realismo mágico, pero mientras más leía a García Marques   me daba cuenta que mi realidad se iba transformando hacia la magia de sus señales connotativas, de sus oraciones, de sus inigualables construcciones narrativas.
Tan es así que he vivido toda la vida pensando que luego de los ochenta  navegaré mi viaje de amor con el hombre de mi vida, y cada mañana recuerdo a ese personaje, de una de sus novelas, para quien la vida se pronosticaba desde la posibilidad matutina de resolver  sus problemas de constipación.
Jamás podré olvidar ese maravilloso pasaje de remedio la bella levitando a la eternidad, y el vuelo mágico de las mariposas… y eso de escribir notas en las paredes, como los habitantes de Macondo, ante el miedo de olvidar definitivamente el nombre de las cosas, y ese estremecedor comienzo de CRONICA A UNA MUERTE ANUNCIADA. 
De manera que la noticia del fallecimiento de García Marques me sacudió, pero juro que él no se irá de mí… seguirá conmigo mientras mis ojos y mis pensamientos  puedan repasar sus libros, esos que un día me cambiaron definitivamente la vida.

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