De buenas intensiones está hecho el camino al inferno ¿O de malas intensiones? Lo que no cabe dudas es que todo camino está siempre guiado por un objetivo, un propósito. Y no solo al mundo de las tinieblas.
Creo en la honestidad de las personas, pero, quisiera ser menos mal pensada cuando la gente se me presenta con cara de oveja, sudando intensiones de lobo.
Esa sensación tuve ayer conversando con un representante, en Cuba, de un país “Del Primer mundo”… y es que su embajada proporciona cursos (maestrías) para cubanos tras aplicar un cuestionario de solicitud en INTERNET.
-¿Cuál es el criterio de selección? Pregunté. “La calidad de las respuestas”, me contestó. “Buscamos personas con aspiraciones, interesadas en dedicarse y realizarse en las distintas esferas del país”. Con dudas puntualicé: ¿Personas comprometidas con el futuro de Cuba? No sé si influyó en algo el idioma, pero creo que reafirmó “Sí, con el futuro de Cuba”.-
El país de mi interlocutor se propone ampliar relaciones comerciales con nuestra nación y para ello estudia a La Isla más allá de La Habana. Se interesa por los Lineamientos de La Política Económica y por las expectativas que tienen las noticias, sobre la economía, entre los cubanos y en las redes sociales.
No obstante, el tema de financiar cursos es el que quisiera ver con buena cara. La posibilidad de ampliar conocimientos, de superar y preparar a los profesionales de un país no debe tener barreras ni límites, y cualquier proyecto al respecto sería siempre una intensión de admirar. Pero, no logro entender ese criterio de selección: “individuos con aspiraciones”.
Me pregunto ¿Qué profesional no tiene aspiraciones de elevar su categoría científica? ¿Quién no aspira a escalar peldaños de desarrollo y calificación competitiva dentro de su empresa o su ramo?
Sin absolutizar, la respuesta sería siempre un por ciento bien alto. Por tanto yo optaría por los de mayores competencias, por los de un vasto currículo… en ese inmenso y posible número de personas interesadas “y con aspiraciones”. Eso de invertir en el pensamiento y en desarrollo de otro país… merece argumentos más sólidos.
Definitivamente
Cuba, por ejemplo, dedica sus universidades y centros docentes a proyectos de colaboración con otras naciones como es el caso de La Escuela Latinoamericana
Es cierto que el funcionario expresó que los que reciban las becas en su país del Primer Mundo serán los que se visualicen por sus respuestas como futuros líderes, personas influyentes, y tomadores de decisiones que tendrán que ejercerse en Cuba, y por lo que agrega su página web, estos Másteres, OIGAN BIEN… desarrollarán la experiencia de la cultura de ese país…
Bueno, ya lo dice lo dice el refrán “de buenas intensiones está el camino….”