Un Comandante, al que no le hace falta el traje para mostrar su estrella, sobre todo la luz; y con el efecto letal de sus palabras, volvió a condenar públicamente al imperio más poderoso y malévolo del mundo.
Fueron ellos, aseguró
Fidel, no nos llamemos a engaño, destruyeron el buque de la armada
surcoreana y le echaron la culpa a Corea del Norte, por ahí se originó todo este conflicto que desatará, en la guerra contra Irán, la contienda nuclear que, estemos advertidos, es inminente.
Quién conoce mejor a su adversario que este hombre, cuya profecía está en la razón y la inteligencia, que ha llevado encima de sus hombros, por medio siglo, la paz de una nación y la del mundo.
Porque ha sido
Fidel el hombre, el más grande de todos, que ha colocado el verbo justo y el adjetivo perfecto para condenar a
EU en sus pretensiones de amos y con el “modus operandi” de culpar a otros, es que hoy repican sus palabras en la prensa internacional.
Ayer estuvo ahí, frente a las cámaras de la televisión, para compartir una hora de atención con todos los de su pueblo, para que conociéramos la verdad y estemos prevenidos. Pero encontrarlo así con toda la fortaleza y vitalidad, con que nos acostumbró a verlo, es el mayor signo de esperanza y fe para los hombres buenos del mundo que confiamos en que las voces de la sensatez y la cordura nos den la oportunidad de seguir viviendo.
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