Pues sí, otra vez se hicieron las elecciones en Cuba, esas
que tanto revuelo ocasiona en la mirilla
mediática… elecciones sin armas, sin presión, con respeto a la ley y el derecho
de cada ciudadano (quienes decidieron la hora y el momento en que irían a marcar su
boleta), y que tuvieron la oportunidad, secreta y libre, de elegir a su mandatario de
base.
De otra manera hubiera sido imposible un 96.28 por ciento de asistencia a
las urnas, y sobre todo que el más del
68 por ciento de los nominados fueron reelegidos
no solo por reconocimiento a sus méritos
y capacidad, sino además por la efectividad con que han realizado hasta su
actual gestión de gobierno. Ah por último, argumentar que dos colegios irán a
segunda vuelta pues eran tan perfectamente elegibles ambos candidatos que se
llevaron cada uno igualdad de votos.
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