La faena habitual, la laboriosidad sin limites y los resultados productivos le otorgan justeza a una finca del municipio de Florida que lleva el nombre de La Maravilla.
Confiemos en que las buenas intenciones de Isidoro venzan las piedras del camino, y que a tenor del nuevo decreto ley 300 esta familia transforme el marabú colindante en carne y leche para una alimentación colectiva.
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