Rostros nuevos y viejos, ojos que en lo profundo calan sus virtudes y su honor, marcharon este 28 de octubre, al bien aventurado, y ya tradicional, encontronazo con las aguas, cual recurso redentor para su encuentro. Correrán las flores por el río, y llegaran al mar donde él aguarda, desde entonces, por cada pétalo portador de la señal cubanísima y la confirmación subrayada de que “vamos bien Camilo”….

La poesía y los acordes hicieron su acostumbrado binomio de octubre para que el Comandante del Pueblo, validara que no fue en vano su andar de soldado por la sierra y sus valientes batallas contra el tirano... junto siempre al que le fue amigo entrañable de guerrilla, el que a pesar de su carácter argentino, le permitía bromas como a nadie.
La imagen del héroe se hizo tocable y repetida en jóvenes manos que tomaron el arma del compromiso y se iniciaron en organizaciones de comunistas para defender su anhelo de que si desecha en menudos pedazos llegara a estar nuestra bandera algún día, este pueblo, estará con él y todos sus muertos, para volverla a levantar con la victoria y con honor.

Y Voces que vienen de su voz, proclaman una suerte que está echada a sabiendas que en este Pueblo, y en cada obra, hay millones de Camilos.
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