Pues si, en aquel pequeño sitio de La Isla habitaba un león.
Yo que vivía a pocos kilómetros del lugar, solía escuchar de noche los rugidos del felino junto al inconfundible sonido del central levantando la presión de sus calderas. Cuando crecí y me hice adulta y fui madre intente compartir mis experiencias infantiles con mi hijo. Solo así me di cuenta de que el León ya no rugía y que apenas parecía un manojo de carne y poco pelo.Entonces esta fue parte de una historia en un reporte periodístico que pretendía evitar la definitiva muerte del depauperado animal. La critica hizo impacto y, según supe después, el responsable del asunto hizo un ultimo esfuerzo por alimentarlo pero definitivamente murió. Por mucho que indague solo logre sacar una parca respuesta: el león murió porque no quiso comerce al burro.No es mi costumbre conformarme con pocos argumentos pero tardaron algunos años para que conociera los detalles. Les cuento entonces la verdadera historia.
Por esa misma razón, el administrativo del central encargado de la logística, al escuchar por la radio mi comentario hizo llamar de inmediato al responsable de la brigada que velaba por la limpieza del batey y el mantenimiento de los animales incluyendo su aliemntacion.
Lalo, (así se hacia llamar el imperativo logístico),ordeno a su subordinado nada mas y nada menos que hervir un racimo de plátanos burros... pero el león que al parecer no se había "aplatanado" en Cuba ,ni sabia aun de la resistencia de los cubanos, se murió por no comerce al burro: de haberlo sabido se hubiera salvado como nos salvamos todos en ese momento.
1 comentarios:
Excelente narracion, asi, tambien sucede en la vida.., parece una fabila de esopo... Jose Luia Z A... ..... Veracruz, mexico
Publicar un comentario